lunes, 5 de enero de 2015

¿TOMAR AGUA DE GRIFO?

En España, cada persona consume unos 122 litros diarios de agua corriente con fines domésticos. La cifra aumenta cuando se añade el uso de agua que proviene de la ciudad y la industria. En este caso, asciende a 236 litros diarios por habitante censado. Por ello, el agua de grifo es el producto alimenticio que más controles pasa, ya que está directamente relacionada con la salud humana.
La legislación española sobre el agua de consumo es muy exigente y está basada en directivas de la Unión Europea. En cada localidad se realiza un análisis completo del agua de forma rutinaria. “Pasa controles sistemáticos con una frecuencia que puede ser diaria, siguiendo numerosos parámetros de calidad”, señala Morcillo. En España, cada vez que abrimos el grifo la responsabilidad es municipal, y cada Comunidad Autónoma recopila los datos y analiza las tendencias que le aportan sus municipios. 

El secreto está en el sabor
La búsqueda del agua pura y de calidad se remonta a la época romana –prueba de ello fue la construcción de acueductos y canales–, pero hasta finales del siglo XIX no se adoptaron los procesos de cloración y filtración para potabilizar el agua. En España, solo algunos barrios de la ciudad de Madrid, a través del Canal de Isabel II, gozaban en aquel momento de ese privilegio. En 1851 comenzó la construcción del canal de 70 kilómetros de largo que llevaría el agua de la sierra hasta la capital. “El agua llegó a Madrid en 1858, y desde entonces las mejoras han sido continuas”, informan.
En el resto de municipios españoles, el agua corriente llegó a mediados del siglo XX. “Hasta entonces, el suministro a domicilio solo llegaba a casas nobles. El resto de la población tenía que ir a las fuentes”, recuerda el director de la AEAS, refiriéndose fundamentalmente al ámbito rural.
Aunque persiste la creencia popular de que el agua no es potable en todas las Comunidades Autónomas, lo cierto es que el 99,3% de las aguas que se entregan por redes públicas en España cumplen todos los requisitos sanitarios. El único problema que presentan es el sabor, según un informe publicado por la AEAS.

El agua de Madrid, ¿una de las mejores?
 En algunas ciudades, sobre todo costeras, donde el agua procede de la desalinización, la sensación al gusto “no es agradable, es dura o salinizada y por eso se rechaza”, asegura Morcillo. Pero “es potable seguro, de lo contrario las autoridades sanitarias tienen la obligación de advertirlo para que no se use para beber o cocinar”, recalca el experto.
Por su sabor, el agua de grifo de la Comunidad de Madrid es una de las mejores. “Es de excelente calidad ya desde su origen, con un cuidado control porque se analizan todas las fases del proceso”, dicen desde el Canal de Isabel II. Ya en los embalses se selecciona el agua de mayor calidad para el abastecimiento y “después se le aplican todos los procesos necesarios para aumentar esta calidad y adecuarla a la normativa”, añaden. 
No obstante, la igualan o superan por su pureza las que se suministran en las cuencas del norte de España, en especial las aguas de San Sebastián, Bilbao, La Coruña, Orense y Pamplona. 
Para el director de la AEAS, la calidad del agua depende mucho de su origen. “Las más agradables al gusto son sobre todo las aguas procedentes de sierras que tienen en su composición rocas de origen granítico”, detalla Morcillo.  De este modo, no solo destacan las aguas del norte, sino también las de las sierra de Gredos y Guadarrama. “Son aguas de muy buena calidad”. 
Por lo contrario, las procedentes de roca caliza son aguas más duras y “un poco más desagradables”. Las que vienen de suelos con yeso resultan más ásperas al paladar e incluso para el baño “ya que la sensación es que se quedan restos de sal en la piel”. Todas las zonas de costa, del Levante y Canarias son menos agradables. Pero en cualquier caso “siempre son potables”, asegura. 

http://www.agenciasinc.es/Reportajes/El-placer-de-beber-buen-agua-del-grifo

No hay comentarios:

Publicar un comentario