Rotundamente no. Sí es cierto que nuestros progenitores eran bastante terribles a la hora de amenazarnos con los efectos de las golosinas, pero esto se pasaba un poco de rosca. A pesar de que los chicles son tan pegajosos y que una cuarta parte del chicle no es alimento, sino látex, resinas, ceras y emulsionantes, el chicle ni se pega en las paredes del estómago, ni puede obstruir vías respiratorias, ni tampoco tarda siete años en digerirse. La realidad es que pasa con la misma pena y gloria por el proceso digestivo que un pedazo de pan.



http://www.quo.es/ser-humano/es-cierto-que-si-me-trago-un-chicle-se-me-pega-en-el-estomago
No hay comentarios:
Publicar un comentario